Descripción
Y con WILMA llegó la alegría desbordada a «Algarabía», el refugio de ASPAP (Protectora de Animales de Salamanca). Un «terremoto» (pero de los buenos), que te contagia sus ganas de vivir nada más conocerla.
A WILMA la conocemos desde que era una cahorrita porque nos informaron de su situación, vivía encerrada en una habitación oscura y apenas salía a la calle. Y cuando lo hacía, el paseo consistía en abrirle la puerta de la casa. Un día sucedió lo esperado, un coche la atropelló.
Por suerte para ella, sus dueños no querían líos y no estaban dispuestos a llevarla al veterinario. Nos fuimos a buscarla y tras un buen chequeo veterinario comprobamos que no tenía lesiones. WILMA estrenó nombre y nueva vida.
Es una perra pequeña-mediana pero de corazón enorme. Necesita actividad, correr, jugar, saltar, regalar lametones sin control….
