LAYA Y KALESI, DOS YEGUAS ABANDONADAS PARA MORIR,

 Otra vez la gente de ASPAP, la Protectora de Animales de Salamanca, nos hemos visto envueltos en una historia que se ha complicado por personas que llevan por bandera disfrutar con el maltrato de sus animales. Las protagonistas en esta ocasión son dos yeguas que ha encontrado de casualidad una socia de ASPAP cuando iba paseando con sus perros.

Allí estaban en un prado solas, sin agua con el calor que hacía, delgadas y una de ellas con una de las patas abierta y la herida llena de moscas y gusanos (lo peor!!). Indicios totales del abandono que sufrían los animales desde hace tiempo y que suele responder a dos causas, dejarlas morir sin más o estar esperando la ocasión de llevarlas al matadero y que le paguen lo que sea.  

Nos pusimos en contacto con Seprona para que localizara al dueño y denunciar la situación de las yeguas. En los días que pasaron sin noticias, las compañeras de ASPAP acudían para llevar agua y alimento a los animales e incluso trataron de curar un poco con un producto veterinario la herida de la potrilla, aunque sin poder sujetarla era muy complicado. Finalmente localizaron al dueño, un tipo del que nos ahorramos los comentarios. En resumen, no le importaban en absoluto las yeguas, tenía pensado llevarlas al matadero algún día, pero tampoco quería cedérnoslas. Tras negociaciones conseguimos que nos las vendiera pero el transporte era cosa nuestra. Cuál sería nuestra sorpresa que las había llevado a otra finca más alejada para que nos resultara más gravoso el transporte que habíamos contratado!! 

Tragamos porque queríamos separar a las 2 yeguas lo antes posible de semejante ser, y más cuando nuestros socios Sheila y Emi ya habían decidido que se harían cargo de ellas para siempre. Su ilusión siempre fue tener caballos y ahora la vida les había puesto a estas dos yeguas delante, toda una señal. Un conocido de ASPAP nos ofreció un buen sitio para que pudieran estar cuidadas hasta que ellos pudieran alquilar una finca y finalmente LAYA y KALESI, que así las llamamos vivieran libres. Y ya veis en la foto el cambio que en tan sólo dos meses se ha producido, dos ejemplares bellísimos dignos de admirar.

(Septiembre 2015)