Descripción
Todavía recordamos cuando nos llamaron los bomberos para decirnos que tenían un cachorro aterrorizado en sus instalaciones y no sabían de dónde había salido. Casi 3 horas tardamos en poder cogerle, pensando en qué le habrían hecho para que siendo tan pequeño tuviera ese terror a los humanos.
La historia de nuestro Koko es de las que recordaremos por su sencillez y su ternura. Ya lo véis, un perro mestizo precioso, con una cara simpaticona y de buenazo, como lo que es, pero muy tímido a pesar de los años. El sentir la mano humana cerca era un trauma para él, asique cuando se juntaba toda la pandilla y acariciábamos al resto, nos teníamos que resignar con él tan solo a darle las chuches o decirle «Koko guapo«, y esas cosas que decimos a nuestros animales para que sepan que les queremos aunque sea «a distancia».
Y lo que es la vida….. Un buen día, estando sentados en la hierba junto a Pizca, River y Sven, Koko se fue acercando poco a poco y se tumbó a nuestro lado. Como disimulando le acariciamos la cabeza y el lomo, y para sorpresa nuestra, se relajó del todo y allí se quedó un buen rato dejando que le demostrásemos todo el cariño que las manos humanas también pueden regalar. Desde ese día, cuando la pandilla sale a correr por la parcela, el primero que se acerca a saludar, con esa mirada de bonachón que nos derrite, es él.
¿No te gustaría seguir acariciando a Koko el resto de su vida formar parte de esta historia tan bonita?
Koko y sus amig@s te esperan en «Algarabía», el refugio de ASPAP.
¡¡Acércate a conocerl@s!!