LAYA Y KALESY
El caso de LAYA y KALESY ha sido una de las grandes alegrías de ASPAP, la Protectora de Animales de Salamanca. A esta yegua y su potrilla las habían dejado en un cercado sin alimento ni agua, a su suerte. Nuestros colaboradores Sheila y Emi las encontraron un día dando un paseo con sus perros.
Se les cayó el alma a los pies cuando las vieron famélicas, la potrilla (la de color negro) tenía además una de las patas con una herida tremenda infectada y con moscas. Ambas intentaban sacar las cabezas por debajo de la alambrada para comer la hierba que crecía a su alrededor, aunque sin mucho éxito. Cuando LAYA y KALESY les vieron empezaron a relinchar pidiendo ayuda y deseosas de una mano amiga.
Se fueron a casa a buscar comida y cubos para poder ponerles agua. Durante los días siguientes las gestiones fueron muchas a través de la Policía Local de Sta.Marta y el Seprona para localizar al dueño, que resultó ser un sinvergüenza, las había abandonado porque quería venderlas para carne al matadero y si las queríamos tendríamos que comprarlas. Nos ahorramos toda lo que hubo que aguantar y oir de semejante tipo, porque nos interesaba ante todo sacarlas de allí y salvarles la vida.
Queremos dar las gracias a nuestro amigo Paco, gran amigo de ASPAP, porque se volcó para ayudarnos en este caso, buscó una finca a la que poder llevar a LAYA y KALESY y organizó el transporte de las mismas junto con Emi y Sheila. Espacio para correr, mucha hierba fresquita que comer, al margen de su buen pienso, y todo el agua que quisieran. Poco a poco fueron engordando, la pata de la potrita pudo salvarse gracias a las curas diarias y todos los mimos que recibían.
Y como no podía ser de otra manera, LAYA y KALESY fueron adoptadas por nuestros queridos amigos. Dos yeguas preciosas que son el orgullo de sus nuevos papis, que siempre tuvieron el sueño de compartir su vida con caballos, y así, de esta forma tan repentina, se cumplió.
En ASPAP estamos encantados con este final feliz logrado gracias al corazón y la perseverancia de la gente tan estupenda que tenemos a nuestro lado. Ahora toca disfrutar de largos paseos y algún que otro trote campo a través.